Los mejores libros de 2024



Me encantaría compartir algunas lecturas que disfruté durante este 2024, y que supusieron para mí, un aporte significativo para la literatura salvadoreña. Este es sólo el comentario de un lector acucioso, y nace del deseo de recomendar algunas apuestas editoriales (y porque fueron libros que sencillamente me gustaron). Los autores son salvadoreños/as y no tomé en cuenta reedición alguna. Desde luego, me quedé corto con muchas más publicaciones. No pude conseguirlas todas y no me alcanzaron las noches para leerlas. Sin embargo, si alguien desea recomendar más títulos, siéntanse en la libertad de mencionarlos en los comentarios. 


Caminata sobre el fuego, de Claudia Denise Navas (Ojo de Cuervo)

Me gustó mucho más que Criaturas de polvo y sal (Ojo de Cuervo, 2021) porque siento que es un libro más entrañable, con historias de añoranza, con espacios cotidianos que también se vuelven, en cierto punto de la historia, otros personajes. Aquí hay memoria familiar y lugares de la infancia, entornos donde se fue feliz o se presenció la muerte, pero donde también hubo crecimiento. Claudia tiene un estilo ágil y cada cuento se disfruta de principio a fin. Como el título lo indica, el texto es un recorrido sobre las llamas de la vida, un viaje que vamos viviendo con cada personaje. Mis cuentos favoritos: El taller de la Séptima, Por el mar, Tú sí sabes quererme, mi amor, Travesía, Entre mesones y tenguereches, Por el mercado, Dudas y Caminata sobre el fuego. 


La breve edad del tiempo, de Kijadurías (Índole)

Aquí se contiene lo mejor de la narrativa breve de Kijadurías. El libro recoge 80 minificciones que abordan temas como la política, la memoria, la revelación del “otro”, la anagnórisis tanto en el plano onírico como en los hallazgos de la cotidianidad. También está cargado de ironía, un elemento recurrente en el corpus literario de Alfonso, así como la constante reflexión acerca del tiempo y la memoria. El material es un compilado de historias sin mucha unidad temática (el mismo autor lo advierte en un “prólogo” al final del libro); sin embargo, hubo cuentos que disfruté bastante: Otras vidas, otros mundos, Sobre el maestro Seshu, Moscas, El viajero, El duro oficio de soñar (para mí, este debió ser el título de libro), El mall, Últimas noticias, Delirio, y un par más.


El barco en la botella, de Alexander Hernández (Estro)

Los textos de Alexander son impecables, con una prosa siempre ágil y diáfana. Todos sus cuentos están muy bien planteados y sus mecanismos denotan ingenio e imaginación. Laura Elisa Vizcaíno, en el texto de la contraportada del libro, comenta: “Las minificciones de Alexander Hernández revierten el orden, las costumbres, las leyes físicas y las tradiciones literarias. En una cuarentena de brevedades, el ajedrez y la escritura conviven con otros temas que incitan a que nuestra imaginación se active”. Pienso que esta publicación revitaliza la minificción en el área, y coloca a Alexander Hernández como gran exponente de este género. Mis cuentos favoritos: La línea de la vida, Sensualidad del ajedrez, Amigos imaginarios, Baile de los solitarios, Se buscan y Matador.


Escombros, de Derlin De León (Índole)

Este es un libro de personajes en vilo, de pie, a la sombra de una gran ola a punto de aplastarlos. Escombros es lo que queda luego de ese impacto. Así, buena parte de estos cuentos versan sobre niños y sus miedos, sobre sueños y travesuras. ¿El anhelo de recibir un pastel que nunca llegará es equivalente al placer de comerse un helado frente a un extraño? Por ahí van las grietas de Derlin. Lo monstruoso en sus historias está en lo cotidiano, agazapado en lo aparentemente trivial, oculto en el detalle, y sólo basta un buen lector para descifrarlo. Un gran libro dentro del catálogo de Índole. Mi relato favorito es Lucas, porque pienso que define el espíritu de la unidad: historias de asombro y de miedo que simbolizan fracturas. Mis otros cuentos favoritos: Un pastel, Derretido, Vértigo, Muñecas, Hermanos y Tránsito.  


Más allá de la aureola marrón y núbil / Beyond de brown and nubile aureole, de Lauri García Dueñas (Kalina)

Más allá de la aureola marrón y núbil fue el poemario ganador del Premio Tessa Bartók de Poesía 2021. Yo definiría este material como un recorrido profundo sobre la maternidad, el dolor, la violencia y la reivindicación de una mujer victoriosa. El poemario fue traducido al inglés por la poeta y editora Alexandra Lytton Regalado, y estuvo al menos tres años viviendo el proceso de edición. Lauri cuestiona entornos públicos y privados, pero a través de un camino cronológico similar al que usó Claudia en Caminata sobre el fuego. Al final e Iniciarás otra familia un día me parecen poemas poderosos y bellos. Para el jurado, este trabajo “refleja un recorrido y transición en la condición humana de las mujeres. El dolor de pasar de la juventud a la madurez, de redefinirse personalmente, perfilando su propia identidad. Momentos de desesperación y locura que, después de ser superados, expresan esperanza y fe para vivirlos, trascenderlos y seguir caminando”. Esta publicación cuenta además con las ilustraciones de Gabriela Novoa. Un bello libro. Aquí el enlace de una entrevista. 


Delmara, de Ana María Rivas (Equizzero)

En este material, Ana María interpela la temática familiar y sus costumbres. En su lectura, uno se topa con mujeres en espacios íntimos, espacios que adquieren, también, dimensiones mitológicas. Ese manejo del lenguaje fue lo que más me gustó del libro. Delmara es un material de mitologías, de crecimiento, de evolución, cargado de símbolos del bosque, del mar, de ritos y de rompimientos violentos con la tradición. Este trabajo ganó el XIII Certamen Literario Ipso Facto 2023 de Editorial Equizzero. De este libro, el jurado dijo: "se tratar de una obra que cuenta con una notable calidad técnica, con fuerza en la utilización de imágenes, educado conocimiento del ritmo y lenguaje y, demás, de tratarse de un proyecto unitario muy bien logrado". Los poemas que más disfruté: Sepultura de pájaros, Hábitos higiénicos, Canto responsorial, Hit and cry, La jaula es el pájaro, Del-Mara, y Ars poética.


El fin de la felicidad, de Fabio Rivas Rivera (Ediciones Pirata)

Un libro que explora y define la identidad a partir de diferentes situaciones de la vida: el hogar, el recuerdo de nuestros ancestros, la crítica a nuestra comunidad y nuestra sociedad. La poesía no le rendirá cuentas a nadie. Lo vivido es el regalo, dice Fabio en su poema Oye, y este es el tono que define lo que he leído. Lauri García Dueñas, editora de Ediciones Pirata, señala: "Fabio no es condescendiente con él ni con nadie, denuncia las alegres “ceremonias de la futilidad” en las que él y todos participamos. Se ha dado cuenta del sino de nuestra época". Mi favorito fue Leyla. De ahí el nombre del Centro Cultural que dirige. 


Estrellas que nacen en cunas de polvo (Ojo de Cuervo)

Laura Vadillo nos entrega un libro con historias que nos invitan a cuestionarnos: cuestionamos el cuerpo, el deseo, el amor, la vida y la muerte. Estos cuentos fantásticos son exploraciones de personajes asediados por sus miedos y obsesiones. Un libro con buena prosa, con precisión en la palabra, y con buen ritmo narrativo (Laura tiene un buen oído). Bien por Ojo de Cuervo que ha sabido acompañar a una joven que promete más en algunos años. Mis cuentos favoritos: Todo es culpa de las hormigas, Los ayeres, El cuerpo de Susana y La carretera. 


Historia de un cometa, de Krisma Mancía (Ediciones El Pez Soluble)

Quien ha leído a Krisma Mancía conoce una voz inconfundible y poderosa. Con este poemario vuelve al hermoso diálogo entre lo cotidiano y lo sublime, entre el deseo y la muerte, entre la proclamación de un espíritu indómito y la orfandad de nuestra naturaleza humana. Historia de un cometa es también un viaje de redefiniciones, de triunfos y derrotas incompletas, que dialoga sobre lo bello y lo sagrado (o lo que la gente entiende como sagrado). Disfruté mucho los poemas Ágata, La Muerte Contratada, Anatomía de la mujer pez, Virginia Woolf tomó mi mano e Historia de un cometa. Aquí un comentario de André Cruchaga.


Un pequeño milagro / A small miracle, de Kijadurías (Kalina)

Este es un cuento que nos habla del amor, el valor y la esperanza. Con un lenguaje claro y preciso, Alfonso escribió, hace algunos años, este pequeño milagro que tiene el potencial emotivo y filosófico que recuerda a obras como «El Principito». La historia se plantea como un monomito: el joven Mateo Lhu tiene que preservar lo más importante que queda de su tribu: la vida de una planta sagrada. En el camino encuentra pruebas, aliados y enemigos. En un país donde se ven amenazados nuestros recursos naturales, este cuento supone una gran metáfora y una importante reflexión sobre la época que nos ha tocado vivir. La idea nace a partir de uno de los dibujos de la artista plástica Verónica Vides, quien también es la ilustradora de este hermoso libro. Una joya, sin duda. 


Daños colaterales (antología narrativa), AA. VV. (Abrojo Editores)

Daños es una antología narrativa que aborda temas como la dignidad, la injusticia social, la impunidad y el abuso de autoridad en tiempos y lugares donde ya nadie habla de eso. Desde distintas perspectivas, estos cuentos abordan el fenómeno del Régimen de Excepción en El Salvador. Me parece una propuesta valiente y honesta en un momento donde la pluralidad de narrativas va disminuyendo. Las historias están muy bien escritas y son, indudablemente, un ejercicio de memoria. Un par de editoriales independientes rechazaron el proyecto. Aquí hay una nota sobre la presentación del libro digital 


Para terminar, no quiero dejar de mencionar Motivos breves, de Salarrué (La Chifurnia) publicación que llega como resultado de la acuciosa investigación del académico e investigador Carlos Cañas Dinarte, acerca del origen de la fábula en El Salvador y, en consecuencia, sobre los textos que hubiesen sido la primera publicación de Salarrué bajo el título Claves. Aquí mi reseña de hace unos meses. Quisiera creer que la antología Cuentos indispensables, Vol III, (Pantógrafo Editores) también puede recomendarse, pues hay buen material narrativo hecho por maestras y maestros salvadoreños. El libro de Dany Díaz (un hondureño muy salvadoreño) pienso que también podría agregarse a este listado. Crónica de lo que dejamos en la orilla (Flor de Mezcal) es una profunda reflexión sobre la identidad, la familia y la búsqueda de sus raíces salvadoreñas después de la Guerra de las Cien Horas. Aquí un comentario del libro.

Como dije, hubo muchas más publicaciones que no alcancé a leer (leo despacio, a conciencia) o lamentablemente no pude conseguir. Ni modo. Eso sí: agradezco a los autores arriba mencionados por escribir como lo hacen, y por regalarme un buen año de lecturas; también agradezco las publicaciones que aún no he podido leer y que, de haberlo hecho, estoy seguro que hubiesen entrado en este ejercicio personal. Publicar en este país es un acto heroico, y ojalá que el 2025 traiga más títulos y me dé tiempo/espacio para leer.

P.D. Espero con ansias el Recuento de libros de 2024 de los amigos de El borracho abstemio, una práctica que se ha vuelto una bonita tradición de fin de año. Ahí se mencionarán muchos títulos. También quiero hacer mención de los libros Alberto Masferrer, catador de lo místico, de Luis Portillo, Entre las sombras de la noche, de Juan Ríos, y Eterno verano, averno eterno, de Eric Lombardo Lemus, todos de la Editorial Universitaria.

Nos seguimos leyendo.

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