"Leer y escribir" de Alberto Masferrer | Reflexiones


Luego de leer "Leer y escribir", vemos que la realidad que comenta Masferrer no dista mucho de la que vivimos actualmente. Todavía habitamos en un país donde predomina la ley del revólver. Muchas comunidades, abandonadas por el Estado, son controladas por grupos criminales que luchan por la supremacía en el territorio nacional. La calidad educativa ha ido mermando a pesar de los paquetes escolares, alimentos, redes escolares. Todavía tenemos políticos que se oponen a mecanismos democráticos, como el voto por rostro y el voto cruzado. Políticos que se ven apremiados por cumplir los lineamientos de su cúpula partidaria, en lugar de abogar por los intereses de su nación. Y, mientras todo esto ocurre, cientos de salvadoreños huyen a diario de la pobreza, la violencia, y la falta de oportunidades hacia otros países donde esperan llevar una vida más digna.


Reproduzco a continuación unos fragmentos de este maravilloso libro publicado en 1915, ensayo sociológico del "maestro y director de multitudes" como diría Claudia Lars, con el fin de contrastar su pensamiento social con la realidad que vivimos en estos días:

"La mayoría (de los salvadoreños) no lee nunca si no es una media docena de libros más dañosos que útiles, como Oráculo, Magia Blanca, y otros semejantes. Así resulta que la población, en su mayor parte, se nutre de supersticiones, ideas gastadas, prejuicios y consejas". (Pág. 9).
"El pueblo analfabeto será, sin remedio, el esclavo de un grupo de perversos de su propio suelo, o la presa fácil de cualquier nación poderosa que desee absorberlo o dominarlo. No hay otro destino para un pueblo ignorante que el despotismo adentro y la dominación afuera". (Pág 10).
"Una mejora social, toda reforma que tiende a elevar la cultura y la felicidad del pueblo, no es ni más ni menos que una semilla, la cual, por escogida, y vigorosa que sea, no dará fruto si se la siembra en un terreno estéril. El pueblo es el terreno de la siembra. Si es un arenal, si es una roca, si es una masa ignorante, inútiles serán vuestros fines". (Pág 16).
"En muchas ciudades del norte, los problemas escolares son de los que más se preocupan todos: la prensa, el ayuntamiento, el parlamento, los partidos políticos discuten constantemente cuestiones escolares. Tener un mayor número de escuelas, mejores escuelas se ha vuelto punto de honor, y no solamente de honor, sino de defensa, de seguridad nacional. el pueblo de mayor cultura será el más libre, el más independiente, el más rico, el más fuerte y feliz" (Pág 17).
"No nos falta inteligencia (a los salvadoreños). Lo que nos falta es crecer en fraternidad, en solidaridad. Nos han criado en el egoísmo, hemos crecido en él, lo hemos incrustado en nuestro espíritu como ideal de sabiduría, hemos hecho de él la regla por excelencia de nuestra vida práctica" (Pág 19).
"El pesimismo, el lloriquear y maldecir sin tregua del propio país y de la propia raza, es la tarea más ingrata, estéril e inmoral de todas, porque no solo no ayuda a curar al enfermo, sino que le deprime, desalienta y le impulsa a reconocer en la enfermedad un estado normal " A nadie -dice Carlyle- le está nien quejarse de su país ni de su tiempo: si éstos no son buenos, ahí está él para mejorarlos, y si no se siente capaz de hacerlo, mejor será para él y para todos que permanezcan en silencio". (Pág 22).
"Nosotros podemos, debemos hacer lo que han hecho los pueblos del norte de Europa, lo que hace Chile, lo que ha hecho Estados Unidos: formar un pueblo de cultura homogénea, con aspiraciones comunes, forjar una nación en que los vínculos únicos no sean los recuerdos, la raza, el clima, sino la vida espiritual, el designio de elevarse por el esfuerzo de todos para todos" (Pág 26).
"Nos imaginamos que el indio, el mestizo del campo, una vez que sacó su tarea, o crió la gallina, o nos vendió el haz de leña, o nos acarreó el maíz, si le pagamos, nada más merece. Si a más de eso le vendemos guaro barato y le soterramos en la cárcel cada vez que el guaro le convierte en fiera, ya tiene de nosotros cuanto necesita. Día vendrá en que comprendamos que esa indiferencia, esa hostilidad con que vemos al indio, al trabajador del campo, es la causa de muchos de los males que nos agobian. Porque, este país tal como se halla constituido, es un monstruo" (Pág 29).
"En Talpa, al haber elecciones, las cuadrillas de electores, que no saben qué es elegir, para qué se elige, ni cómo se elige, se cogen a machetazos y se matan por docenas. Leyendo durante los meses seguidos la crónica de los diarios de este años (1913), he encontrado que el hecho frecuente, el suceso diario es el asesinato, el machetazo, el balazo; en cantidad tal que, si eso sucediera en holanda o Suiza, países cuatro o cinco veces más poblados que el nuestro, las familias emigrarían, aterrrorizadas". (Pág 30). 
"Pero la verdad es que jamás se ha hecho una revolución, entre tantas que se han hecho, porque un gobierno no paga el sueldo de los maestros, vivimos en una época en que el gobierno paga exactamente a militares, jueces, administradores de rentas y demás personal adminisrtativo, a los maestros de escuela se les debía hasta catorce meses y nadie, lo que se llama nadie, había escrito ni siquiera una carta para suplicar que se les pagara (Pág 26).

Si como país, empujáramos a nuevos cambios, a impulsar iniciativas democráticas y participativas hacia la educación, cultura y deporte, El Salvador, probablemente sería muy distinto al que actualmente tenemos. Pero para ello necesitamos un capital humano bien formado e invertir más del 3.3 % del presupuesto destinado a Educación. Necesitamos urgentemente invertir en infraestructura educativa, en buenos maestros, en MÁS LIBROS, invertir en becas, jóvenes talentos, en canchas, en espacios culturales y deportivos para nuestros niños y jóvenes. "Leer y escribir" nos pone sobre la mesa la necesidad de educar como fundamento para una nación más próspera y desarrollada. Sin calidad de vida no hay garantías de un Estado más próspero y pacífico. Así lo respaldan experiencias exitosas de países que han salido del subdesarrollo, invirtiendo en Educación, como Singapur.

¿Qué hubiese sido si los líderes de aquel entonces le hubiesen tomado la palabra a Masferrer? ¿Viviremos en un mejor país dentro de cien años? Me gustaría pensar que sí. Me gustaría pensar que, en primer lugar, podemos iniciar cambios por nosotros mismos en nuestra mente y corazón, desde nuestra familia y comunidad. Como lo señala Masferrer en "Cartas a un obrero", primer responsable de formar buenos hijos es el padre de familia. Todos podemos contribuir a formar futuros buenos hombres para el país.

Todos educamos, y Masferrer lo sabía. Pero la educación social, económica y política comienza desde nuestro hogar. Yo trato de hacer mi parte desde mi casa y mi escuela. Yo leo, y hago que mis hijos lean. Yo Educo,  y ¿usted hace la suya? ¿le gustaría cambiar nuestra realidad de país?


*Leer y escribir y Cartas a un obrero, de Editorial Jurídica Salvadoreña, Colección Pensamiento, 2014

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Masferrer parece que escribio esos ensayos hace dos años, no hemos cambiado nada como guanacos, para comenzar con ese apodo "guanacos", gente boba
Anónimo ha dicho que…
me gusta el modo de pensar de masferrer, y la conclucion del blog, es que en El Salvador es mas barato comprar una botella de cervesa que libros que andan rondando entre 10 dolares hasta 80, seria una buena idea que el gobierno tratara de bajar los precios de los materiales educativos

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