Aparecen muertos estudiantes de la Uruguay que habían sido secuestrados




Cuando me doy cuenta de situaciones como esta no puedo evitar tener un sentimiento de impotencia. A estos muchachos los conocía indirectamente. Supe de su secuestro el mismo día a través de mi madre, y no pude sentir otra cosa mas que indignación. De solo imaginarme que podrían ser mis hijos los que, al salir de la escuela, los secuentren y los ultimen hace que me hierva la sangre. No soy una persona violenta, al menos, trato de no serlo. No tengo expedientes delictivos ni historiales de pleitos, pero el ver esta noticia hace que se despierte en mí un instinto que quizá en muchos de nosotros permanezca dormido, escondido, olvidado: el instinto de supervivencia.

Me dentengo y miro los rostros de estos niños de 14 y 15 años, y no logro ver maldad en ellos. Me dicen por aquí que conocen a su madre, una mujer de avanzada edad que vende chuco en las cercanías de la Plaza Metrópolis y que cayó desmallada luego de que los pandilleros le arrebataran a los dos jovencitos de la mano y los obligaran a entrar a una camioneta para nunca más volver.

En LPG la noticia describe:

"Ambos jóvenes tenían impactos con arma de fuego en su cabeza y espalda,
así como heridas provocadas por arma blanca, presuntamente corvos o armas
blancas más pequeñas. Tanto Carlos como Manuel, su tío, estaban solo con la ropa
íntima, sin sus mochilas u otro tipo de pertenencia que terminara de revelar su
identidad".LPG

Con ellos, ya suman 64 los estudiantes asesinados confirmados por las investigaciones oficiales y el MINED. Una cifra exorbitante para un país tan diminuto y miserable como este, donde impera la ley del más fuerte, donde no hay mejor hobbie que matarse entre salvadoreños. Un país donde lo mejor es no existir.

Como le escuché decir alguna vez a Orus Villacorta: El Salvador es una enorme pus que debió haber sido extirpada hacía mucho tiempo, ahora la gangrena es tal que necesita amputación, pero no hay doctor que se anime a practicarla. ¿Qué hacer cuando la muerte te espera a la salida de la escuela? ¿Qué se hace cuando entra a tu casa y te da un teléfono? ¿Qué hacer cuando la misma policía está metida en todo eso? Si así estamos en la actualidad, ¿cómo estaremos de aquí a diez años?
Puro amor hay en El Salvador, puro amor.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
dicen que porque no sequerían meter en la mara, imaginate???

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