Sobre el "Callejón de San Salvador" mencionado por Fray Alonso Ponce en 1586

Desde hace unas semanas realizo una investigación sobre la ciudad de San Salvador desde sus inicios hasta la actualidad, lo que me ha llevado a prácticamente a sumergirme en las historias sobre la capital de antaño, cuando la urbe era apenas un caserío con olor a monte y estiércol de caballos.

Me he topado con una "Relación breve y verdadera sobre los hechos que sucedieron al Padre Fray Alonso Ponce en 1586 en las Provincias de Nueva España" , y en especial con un apartado donde hace referencia a un callejón, El Callejón de San Salvador, que trascribo a continuación:

Salió el padre comisario de San Martín, y andada una legua pasó de largo por otro de los mesmos indios, obispado llamado Xilopango y andada otra pasó por otro llamado Tzoyapanga, y pasada después una barranca y un río de agua tibia (...) llegó a decir misa a la cibdad de San Salvador, saliéronle a recibir alcaldes y otros españoles los cuales le acompañaron hasta nuestro convento(...).

Martes primero de julio salió el padre comisario de madrugada de San Salvador y andada una legua llegó a un pueblo de los mesmos indios pipiles llamado Cutzcatlán. Pasó de largo y andada otra legua y media comenzó a bajar una mala cuesta larga y empinada y llena de piedras y malos pasos (...) y bajando aquella cuesta entró en una angustura de montaña muy alta que hacía muy obscuro camino, y llegó a un arroyo, el cual, descendiendo por una quebrada de hacia la banda del sur, despeñándose por entre muchas piedras, viene a dar al mesmo camino que llevaba el padre comisario, el cual fue caminando por la mesma quebrada y arroyo abajo, espacio de una legua a este paso llaman el Callejón de San Salvador, y con razón, porque es muy angosto (...) y está naturalmente hecha de una pared muy alta de riscos y peñascos con árboles altísimos que parece llegar al cielo (...) Suélese cegar el paso de aquel callejón los árboles que se caen, y otras veces se ciega con las muchas aguas, muchos palos y piedras que llevan. Pasado aquel callejón subió el padre comisario una cuesta muy larga y después bajó una barranca muy profunda y por ella llegó a un bonito pueblo de los mesmos indios y obispado llamado Atempan Ateo, legua y media de la salida del callejón.

Haciendo suposiciones, en el viaje hacia occidente el padre Alonso tuvo que haber seguido de cerca la cordillera del Bálsamo. Siguiendo esta misma línea, nos encontramos con lo que actualmente se conoce como Los chorros, un turicentro cuyo atractivo principal son sus nacimientos de agua, algo que hace quinientos años tuvo que haber sido igual de espectacular como lo relata la crónica.

Cualquiera que haya transitado por la carretera a Los chorros puede dar fe de los grandes peñascos cubiertos por mallas metálicas a punto de derrumbarse, de la vegetación, la abundancia de yacimientos, y la proximidad entre las elevaciones montañosas.

Inicio de la "mala cuesta larga y empinada".


A unos metros del turicentro Los Chorros, una de las "paredes altas de riscos y peñascos".



Esta puede ser parte de "las montañas muy altas que hacían muy oscuro el camino".

En la actualidad esta zona es explotada como cantera. Nótese los estratos de la tierra. Miles de años contados en cada uno de los sedimentos.

Que no nos extrañe que al pobre Fray Alonso Ponce le costara trabajo transitar por ese lugar. Todavía hoy, pasar por la carretera a Los Chorros es un verdadero desafío.

Comentarios

Bonita y buena información e investigación bloguero.
saludos desde Alcalá de Henares (Madrid) España.

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