Los compañeros de oficina


Advertencia: lo siguiente está basado en hechos reales.


Las relaciones en las oficinas son complicadas. En toda comunidad surgen dificultades, y más aún cuando convives más de ocho horas diarias con sus miembros. Tal es el caso de los compañeros de trabajo.

Los compañeros de trabajo vienen siendo como una segunda familia. En muchos casos se pasa más tiempo con ellos que con la gente de uno. Ellos tampoco son elegibles, y se tiene que aprender a convivir con ellos en las buenas y en las malas.

Se les puede tener de muchas formas. Aquí algunas recomendaciones para sobrevivir a ellos:

A) Los que intentan “bajarlo del palo”, “darle en la nuca” o “meterle la pata” a uno: esos son lo que siempre tratarán de dejarlo mal parado con el jefe, poner en duda sus decisiones y hasta en las cosas más insignificantes, trataran de tomarle la delantera. Tenga cuidado con ellos. Sea prudente y sea fuerte (o al menos, trate de aparentarlo). De su actitud dependerá si aumenta o declina su moral. Sea (o aparente estar) seguro. Ellos tratarán, en lo posible, de minar su interés por mantener sus obligaciones. Sea paciente, tarde o temprano cometerán un error y usted no debe dejar pasar la oportunidad de fulminarlos cuando la ocasión lo permita.

B) Están los que le roban un archivo y lo trabajan como si fuera de ellos: para este tipo de gentecilla debe ser la próxima vez más cuidadoso. Colocar sus archivos en una carpeta oculta y ser más precavido. No deje ni la carroñ

C) Los “tipo diario”, que siempre se enteran de todo y se esmeran por divulgarlo: a este tipo de compañeros puede sacarle provecho según le convenga. No los tenga de enemigos, sin embargo, tenga cuidado: generalmente este tipo de personas son las más receptivas, cualquier palabra en falso y adiós secreto.

D) Los que le sonríen y le clavan el puñal en la garganta. Los mojigatos o los fresitas. Generalmente los más mimosos. Cuidado con acercárseles! Ellos tratarán de hacerle cualquier comentario para saber su punto de vista sobre su jefe, la empresa o algún otro compañero, y después, sacárselo en las reuniones generales. Sea discreto, y tenga presente algo: “calladito se verá mejor”. Este tipo de personas intiman frecuentemente con los enrollones. Es decir, son enrollones asolapados, hasta que sacan las uñas.

E) Los revolucionarios y los resentidos, los que no se meten con ninguno (de quienes más se tiene que esperar) y los que se enrollan con el jefe. Estos grupos generalmente son antagónicos. Siempre habrá alguien con la cola pateada y alguien dispuesto a prestarla. Usted puede estar en cualquiera de estos tres. Dependerá cuánto necesite su trabajo y cuán feas se vean las cosas para quedar en alguno de ellos. Recuerde que usted trabaja para ganarse la vida, no para quitársela. Si usted es de los bochincheros, trate de que su trabajo hable bien de usted. Tírese la barda. Tire la casa por la ventana. Si hay algo que a los jefes les gusta es un buen trabajador, que produzca más dinero y éxito a su empresa. Sea la estrella. Aún así, esa no es razón para impedir que mejore sus actitudes. Sea cauto en la forma de plantear sus solicitudes. Si en verdad aprecia lo que hace, sabrá aceptar esta recomendación.

Ahora, si usted está en el grupo de los enrollones, (que en inglés les llaman “brownnosers” por tener la nariz café de tanto lamer cul****s) tenga a bien pensar que las atenciones especiales a su jefe no van a ser siempre efectivas, mucho menos duraderas, a menos que lo traiga bien conquistado o conquistada. Pero si usted es un yoyo emprendedor, déjeme felicitarlo: usted tendrá trabajo para muchos años.

Con respecto a los que no se meten con nadie, son justamente los que inclinan la balanza a uno o a otro bando. Generalmente tratan de ser los más sensatos y llevarse bien con los demás compañeros Eso es completamente FALSO. Si usted esta entre estos, tarde o temprano, la misma dinámica de las oficinas y sus particularidades le llevará a tomar una posición. Dependerá de usted si elige la correcta.

Y como estoy en la oficina, tengo que terminar de escribir estas palabras lo más pronto posible: mi compañera de al lado comienza a murmurar sobre lo que hago y no tardará en ponerse en pie y acercarse para observar lo que estoy haciendo y decírselo a los demás.

Feliz semana.

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