Las claves del éxito de Lionel Messi

Para tener éxito no es suficiente tener talento. Disciplina, concentración y una personalidad sólida son también soportes de los aciertos y desaciertos que puede tener un jugador.

Lionel Messi tiene todas estas cualidades y más. Posee una habilidad indiscutible con el balón y ha sabido mantener el éxito cultivando virtudes fundamentales como la modestia, la pasión al deporte y la familia.

No veo a un Messi jugando por los millones que recibe. No veo a un Messi jugando a ser Maradona o Pelé. No logro ver a Lionel Messi jugando por conseguir el Botín o el Balón de Oro. A Lio le encanta ser él. Su principal reto es hacer ganar al equipo. Está concentrado en jugar y diviertese haciéndolo. Cumple su papel, con la cuota de goles y se completamenta con el equipo de manera bien orgánica.

No logro imaginarme Lionel Messi fanfarronear como CR9. El argentino es un jugador de acción. Habla en la cancha y evita pronosticar resultados escandalosos. Es un jugador prudente: alguien así tiene que tener los pies bien puestos sobre la tierra.

Con tanta fama resulta fácil caer en el acomodamiento y pensar que se es Rey. Los lazos afectivos entre la familia de Lio deben ser sólidos y creo que este es otro factor que impide al argentino imitar comportamientos extradeportivos como las Dinho o cualquier jugador que se echa a disfrutar de su efímera fama. Sus únicas excentricidades son: ser aficionado a los teléfonos celulares de último momento y ser jugador compulsivo de Play Station 3. Casi no habla de su vida privada y “pagaría por ser anónimo”. Algo imposible para alguien con 33 millones de euros de ingreso.

Messi es excepcional y su genio reside en su conciencia de trabajo de grupo. Pero sobretodo, en disfrutar lo que hace. Sabe que la fama es pasajera y lo que le resta es divertirse, hacer buen futbol y meter más goles.

Este jugador sólo tiene 22 años, no cabe duda que recibiremos más buen fútbol en los siguientes años, siempre y cuando no tome la conciencia de que es un verdadero crack. Quizá el mejor de los últimos tiempos.