¿Deberían los medios de comunicación salvadoreños autocensurarse?

César Castro en su columna “Me gusta cuando callas” en la revista Séptimo Sentido del domingo pasado hizo referencia a ese tipo de mensajes que aparecen en la parte inferior de la pantalla en canales como Star Channel, Canal 12 y 21 entre otros.
Cito a César Castro a continuación y más abajito continúo con mi punto de vista y aporte sobre la temática:


“Es utópico pensar en la autorregulación, pues los pobres medios necesitan de esa plata que comparten con las compañías telefónicas por esos mensajes que los amorosos incomprendidos envían. Máxime en tiempos de crisis [...] No creo que se deban prohibir los mensajes. Tampoco creo que se pueda. No por el argumento parkiano de don Humberto, más bien porque no son de interés de los niños. Los deberían poner en una franja (¿existe la infantil además de la que pasan la madrugada del sábado?) apta para mayores de edad porque a ellos, a algunos, sí les interesa. Quizá hasta les sirvan”.



Es obvio que César está bromeando. Al menos eso quiero creer. Sentí una completa indignación al mismo tiempo que veía las estadísticas de embarazos en jovencitas de 13, 15 y 16 años e imaginar las jugosas ganancias de estos medios de comunicación y de las compañías de teléfono. No, no creo que los intereses de estos pobres medios estén encima de los intereses del futuro de una nación. Tampoco estoy en contra de la opinión de César, pero cuando veo el diagnóstico de este gran paciente llamado adolescentes no veo un panorama favorable cuando se siguen transmitiendo este tipo de mensajes que lejos de formar y dedicar un espacio para la buena salud sexual de los niños y niñas, la deforman.
Tampoco quiero sonar puritano, pero creo que justificar estas transmisiones porque la realidad de muchas familias es de “tal o cual forma” me parece demasiado irresponsable. Autocensurarse me parece lo más ético para estos canales y radios nacionales (específicamente las radios de la corporación FM que tiene programas y música reguetonera vomitiva) e insisto, no es que esté en contra de la opinión de César, pero el bombardeo sexual tanto para niños como adultos es insoportable en el país. Como muestra aquí están estos excelente posts escrito por nuestros amigos Luis, Júpiter y Alex, así como el inicio del cuento “Días cotidianos” del joven Mario Juárez.
¿Censurar estos mensajes, programas y canciones cambiará la problemática social que viven los adolescentes de nuestro país? Tal vez no, pero el deber de todo medio informativo es formar, orientar y educar, pero educar a la buena y no producir basura que ofenda nuestros sentidos. La mayoría de jóvenes y niños salvadoreños no la pasan con sus padres, verdaderamente non existen franjas infantiles, no existe regulación de un adulto en nuestros países tercermundistas. No le demos al enfermo peor trato que el que ya tiene. No abanderemos la libertad de expresión en nombre del enriquecimiento socio. ¿Alguna vez hemos leído El Dinero Maldito? Yo aquí lo tengo y con gusto se los podría prestar.

Comentarios

Ricardo Hernández Pereira ha dicho que…
Gracias por la observación, Guanaco EH

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