El pasaje de bus bajó
cinco centavos. La gente esta feliz, o al menos se respiran moléculas de satisfacción en las calles. Es lo justo. Algunos se lo toman como si se lo hubieran ganado, como si se lo hubieran merecido, como si por "portarse bien" les rebajaron la tarifa y ahora les estuvieran dando una
palmadita en la cabeza: "buen chico, buen chico, ten tu pedazo de carne"
Pero cinco centavos son cinco centavos. Ahora me saldrán cuarenta centavos desde mi trabajo hasta mi casa y ochenta desde mi trabajo hasta la casa de mi mujer. Es decir, a la semana, gastaré de $2 a $4 ahorrándome desde $0.5o
ctvs. a $1.
Al menos hoy no tendrán excusas para quemar más unidades como lo hacen algunos "estudiantes" de la nacional (O pseudo estudiantes de izquierda, para hacer feliz a Herberth). Sólo falta ver a Rodrigo
Avila agenciándose el crédito de esto.
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