Los Favoritos

No puedo decir que tenga un escritor "modelo". Sí tengo favoritos. Pienso que de todas las lecturas se aprende un poco, se disfruta mucho y se envidia igual. Vargas Llosa, por ejemplo, es un maestro en la construcción y destrucción de personajes, García Márquez narra y crea ambientes inigualables, Cortázar es Cortázar, y Rulfo ya es nivel seis. Quizá todos esos mundos de alguna forma ayudan a descubrir el propio, es decir, tu propia manera de sentir, de tragar, de oler, y resulta divertido encontrar a alguien que a veces piense o sienta igual que uno. Por supuesto, hay libros que cambian vidas. Hace poco encontré uno que llevaba nueve años buscando: El Fabricante de Lluvias; lo leí en octavo en unos préstamos para la Semana de la Lectura en el colegio, o algo así y jamás lo volví a ver. Fue de los primeros libros que leí completitos, de un tirón y que me gustaron. Tenía la esperanza de encontrarlo de nuevo en los usados y así pasó. Hay otros que nada más te cambian, por alguna extraña fuerza, después de eso ya no eres el mismo, quizá porque, a lo mejor, hablaron a una parte de uno que ni siquiera conoce. (Complicado). Por esos días leí también Mi Madrina (que en aquellos tiempos me encantó, a aún me fascina) y después Yerma (jamás entendí por qué mató al marido, a lo mejor no se sentía querida, ya la releeré) y muchas otras lecturas buenas u otras que no entendí o me dejaron confundido. Creo que a esa edad uno tiene mayores intereses que la lectura.

Al final de todo eso nada más queda una cosa por preguntar: ¿y yo qué digo? Ahí comienza lo divertido.