Síndrome de Helga
En las caricaturas se muestran los rasgos humanos "caricaturescamente" (valga la redundancia); y en eso radica el éxito de muchos dibujos animados en la actualidad: en ellos nos vemos a nosotros mismos o a otras personas con exageraciones, defectos y virtudes.
Hay caricaturas interesantes. Aquí viene el caso de "Arnold" (sí, la serie animada de Nickelodeon) y específicamente me refiero al personaje de Helga Pataki. La agridulce rubia que ama con locura a Arnold, aunque a veces le sobren ganas de darle una bofetada para que él la tome en cuenta. Helga quiere, de alguna manera un tanto extraña, expresar sus más profundos y reprimidos sentimientos hacia el "cabeza de balón" que tanto admira e idolatra. ¿Cómo lo hace? Pues, poniéndole apodos, tratando de humillarlo en público, celándolo al extremo. Pero a Arnold (fino el tipo no?) no le importa, no le toma importancia a los "berrinchitos" de la niña de nueve años.
Insisto, este es un caso interesante, es decir, aparentemente Helga está tratando de destruir a Arnold, pero ella lo admira, es más, creo que guarda una foto cerca de su almohada, tiene hasta un "altarcito" improvisado dentro del armario. Qué cosas, va. Sería bueno que se realizara un estudio de este síndrome, si alguno de ustedes tiene conocimiento de algún estudio anterior, sería bueno que lo compartiera.
Comentarios
P.D. Me encanta esa caricatura y... lo confieso!!!!!, estoy enamorada de Arnold, el Cabeza de Balón!!!!, jajaja
Ay, Ricardo. Nos has dado una lección de psicológia profunda:
"El odio viene del amor y la admiración inmensa que nos tienen secretamente."
"tú lo has dicho"