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Mostrando entradas de abril, 2008

En Cuarentena

"La Peste", de Camus, no es nada.

Premio Calidez

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Gracias a Beautty Butterfly por otorgar el Premio Calidez a este sincero y humilde blog. Buena onda de tu parte. Siguiendo la dinámica del juego, pues, al parecer debo otorgar este reconocimiento a otros amigos blogs. Aquí la lista: Loyda Herberth Sandra Feliz semana y dense cita a CCE.

Candidato y comercio

El domingo pasado aproveché para hacer unas compras (aunque nadie lo crea, yo salgo de compras, a veces hasta voy al mercado), en este caso, fui al "centro" y pasé por la Cripta de Catedral a saludar a una amiga que se congrega en las misas de ahí y que lastimosamente no encontré. A la entrada de la iglesia hay siempre venta de camisas, pulseras, gorras, morrales, entre otras cosas; y me llamó la atención la imagen del candidato a la presidencia de la república por el fmln . Las camisas van desde 4 a 7 dólares, según el tamaño de la foto o la calidad de la tela. Las calcomanías tienen el valor de un dólar. Además, ya está en los "piratas" el discurso que dio en el estadio Cuscatlán en once de noviembre. Hice cálculos y me di cuenta que la cara de Mauricio Funes , en cualquier artículo, generará ganancias no menores de un dólar por producto. Le pregunté a Jesús (comerciante que debe su apodo a su parecido con Cristo, y no el de palo que estaba adentro) sobre otro

Vida, pasión y muerte del antihombre

Vida, pasión y muerte del antihombre (fragmento) Con un afán de árboles Ella desenterró sus muertos para esta vida en que culminan Diez millones de vidas, Crucificó su cuerpo en la corte de todos los caminos para mí Alzado y sin fronteras Y nutrió mis raíces en el hueco de una vieja nostalgia de ojos Madrugados. Y fui yo solo entonces a taladrar mi brecha, Prolongando un dolor que me llegaba nadie sabe de dónde, A llenar mi destino de ser apenas un jalón en el sueño, A pulir mi diamante, a descubrir mi pozo, A levantar muy alto unas cuantas banderas de alegría. Un niño triste a veces se me asoma a los ojos, Pálido niño pálido de silencio y de anhelo. A veces también lloro por mi frustrada ancianidad, Grito sobre mi muerte lejana y prematura, Sumergido en angustia, Como quien hunde la cabeza en una almohada Para que nadie vea sus latentes racimos de tristeza. Pobrecito poeta que era yo, burgués y bueno Espermatozoide de abogado sin clientela Ah, corazón en llamas, desplazado, derruido,